Por Santiago Bardanca.
Los sistemas de radiotelevisión públicos de los países
mediterráneos han sido en general partidistas (“la política por encima de la
radiotelevisión”). Francia, Grecia, España y Portugal son esencialmente
sistemas de mayoría.
La televisión francesa bajo De Gaulle es el caso clásico de
“modelo gubernamental”. Entre 1960-70 los cambios en el gobierno francés se
vieron reflejados en el personal y las políticas de la radiodifusión pública.
En los 80, los franceses se alejaron mucho del control gubernamental con la
formación del CSA. El papel mediador del CSA limita mucho la capacidad del
gobierno de intervenir en la dirección de los medios.
En Grecia el control se ejerce de forma directa, con los
directores de la compañía de radiotelevisión estatal ERT sujetos a la autoridad
del ministro de Prensa y Medio de Comunicación.
La radiotelevisión pública portuguesa es una corporación
cuyo capital pertenece al Estado, y el Gobierno nombra a sus directores.
En España, el órgano directivo de RTVE es nombrado por los partidos
en el Parlamento y su nombramiento debe ser apoyado por una mayoría absoluta,
según el último real decreto del actual gobierno de Mariano Rajoy sobre la
Corporación RTVE. Esto significa un control inevitable por parte de la mayoría.
Y tanto el PP como el PSOE han intervenido en la radiotelevisión pública.
Italia es un sistema de consenso. Durante las décadas de
1950-60, la cultura católica predominaba en la vida social italiana. La cadena
pública italiana RAI reflejaba ese predominio. En la década de 1970 se dio una
secularización que llevó a un equilibrio político. El control de la RAI se
desplazó del Gobierno al Parlamento y la RAI fue integrada lentamente en la
“lottizzazione” (los partidos reparten el poder y los recursos). Así, se había
establecido un sistema que daba control del primer canal de la RAI a los democratacristianos,
la RAI 2 a los partidos seglares y la RAI 3 a la
oposición comunista.
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