jueves, 23 de mayo de 2013

Modelo del Norte y Centro de Europa o Democrático Corporativo

Por Ismael Honrado

Está instaurado en países como Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Alemania, P. Bajos, Noruega, Suecia y Suiza. Sus características generales son:
• Desarrollo temprano de la libertad de prensa y de la industria de los periódicos, con grandes tiradas.
• Históricamente, periódicos fuertemente partidistas y otros medios relacionados con grupos sociales organizados. Una prensa que coexistió con la prensa comercial.
• Nivel de profesionalidad alto, marcado por una gran organización formal. Los medios de comunicación están concebidos como instituciones sociales, por los que el Estado asume la responsabilidad. Así que la libertad de prensa convive con una regulación de los medios por parte del Estado.
• La radiotelevisión pública suele seguir el modelo parlamentario o cívico/corporativo.
• La autonomía profesional en estos medios es considerable.

El modelo democrático corporativo prevalece en el centro o en el norte de la Europa continental, como Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Holanda, Noruega, Suecia y Suiza. Se trata de países de una notable tradición cultural y donde la prensa alcanzó y todavía mantiene unas tiradas muy altas. En este modelo se constata la coexistencia histórica de los medios de comunicación comerciales con los medios dependientes de grupos sociales y políticos organizados; también se produce un nivel bastante alto de paralelismo político. Existe un fuerte desarrollo del profesionalismo, y un papel activo por parte del Estado (aunque legalmente limitado).
Este modelo comunicativo híbrido, propio de los países donde ha existido una importante tradición de Estado del bienestar, ha sido, pese a su importancia, relativamente poco estudiado en el campo de la investigación comunicativa.

El modelo democrático-corporativo, surgido en el centro y norte de Europa, tiene unos orígenes que en gran medida son también económicos, si bien con la peculiaridad de ligarse estrechamente al conjunto de los grupos organizados de estas sociedades. Tal vinculación pudo hacer de él en alguna etapa de su historia una prensa “de partido” (que es de la que hablaba M. Weber), pero a pesar de estos vínculos, se caracteriza por su rigor informativo, por permitir un alto pluralismo interno (el periodista no tiene que participar de la misma ideología del grupo a que pertenece a la hora de elaborar la información) y por disponer de sólidas organizaciones profesionales. Es también un periodismo de masas.

Y en el modelo democrático corporativo observamos la coexistencia de unas características que muchas teorías del desarrollo de los medios consideran como incompatibles: la coexistencia histórica de los medios de comunicación comerciales con los medios dependientes de grupos sociales y políticos organizados; la coexistencia un nivel bastante alta de paralelismo político con un fuerte desarrollo de profesionalismo, y un papel estatal legalmente limitado pero relativamente activo.


La figura indica la relación de casos contratados como los tipos ideales; como sugiere, muchos casos son casos mixtos, combinando características de diferentes modelos. En este análisis, evitamos comparaciones normativas entre los sistemas. En parte, es porque creemos que debemos entender sistemas de medios de comunicación como sistemas históricos concretos, ligados a unos contextos históricos. La prensa de Italia es diferente de la prensa norteamericana por la historia política y la estructura política de Italia es diferente; no está claro qué sentido tiene, en muchos casos, comparar dos instituciones con diferentes funciones históricas por una abstracta. La prensa italiana debe servir a la democracia italiana, no a la democracia norteamericana. Evitamos comparaciones normativas, también porque no creemos que tengamos bastante evidencia empírica comparativa que puedan servir de base para este tipo de juicio.

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