Por Ismael Honrado
Está instaurado en países como Austria,
Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Alemania, P. Bajos, Noruega, Suecia y Suiza. Sus
características generales son:
• Desarrollo
temprano de la libertad de prensa y de la industria de los periódicos, con
grandes tiradas.
•
Históricamente, periódicos fuertemente partidistas y otros medios relacionados
con grupos sociales organizados. Una prensa que coexistió con la prensa
comercial.
• Nivel de
profesionalidad alto, marcado por una gran organización formal. Los medios de
comunicación están concebidos como instituciones sociales, por los que el
Estado asume la responsabilidad. Así que la libertad de prensa convive con una
regulación de los medios por parte del Estado.
• La
radiotelevisión pública suele seguir el modelo parlamentario o
cívico/corporativo.
• La
autonomía profesional en estos medios es considerable.
El modelo
democrático corporativo prevalece en el centro o en el norte de la Europa
continental, como Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Holanda,
Noruega, Suecia y Suiza. Se trata de países de una notable tradición cultural y
donde la prensa alcanzó y todavía mantiene unas tiradas muy altas. En este
modelo se constata la coexistencia histórica de los medios de comunicación
comerciales con los medios dependientes de grupos sociales y políticos
organizados; también se produce un nivel bastante alto de paralelismo político.
Existe un fuerte desarrollo del profesionalismo, y un papel activo por parte
del Estado (aunque legalmente limitado).
Este modelo
comunicativo híbrido, propio de los países donde ha existido una importante
tradición de Estado del bienestar, ha sido, pese a su importancia,
relativamente poco estudiado en el campo de la investigación comunicativa.
El modelo
democrático-corporativo, surgido en el centro y norte de Europa, tiene unos
orígenes que en gran medida son también económicos, si bien con la peculiaridad
de ligarse estrechamente al conjunto de los grupos organizados de estas
sociedades. Tal vinculación pudo hacer de él en alguna etapa de su historia una
prensa “de partido” (que es de la que hablaba M. Weber), pero a pesar de estos
vínculos, se caracteriza por su rigor informativo, por permitir un alto
pluralismo interno (el periodista no tiene que participar de la misma ideología
del grupo a que pertenece a la hora de elaborar la información) y por disponer
de sólidas organizaciones profesionales. Es también un periodismo de masas.
Y en el
modelo democrático corporativo observamos la coexistencia de unas
características que muchas teorías del desarrollo de los medios consideran como
incompatibles: la coexistencia histórica de los medios de comunicación
comerciales con los medios dependientes de grupos sociales y políticos
organizados; la coexistencia un nivel bastante alta de paralelismo político con
un fuerte desarrollo de profesionalismo, y un papel estatal legalmente limitado
pero relativamente activo.
La figura
indica la relación de casos contratados como los tipos ideales; como sugiere,
muchos casos son casos mixtos, combinando características de diferentes
modelos. En este análisis, evitamos comparaciones normativas entre los
sistemas. En parte, es porque creemos que debemos entender sistemas de medios
de comunicación como sistemas históricos concretos, ligados a unos contextos
históricos. La prensa de Italia es diferente de la prensa norteamericana por la
historia política y la estructura política de Italia es diferente; no está
claro qué sentido tiene, en muchos casos, comparar dos instituciones con
diferentes funciones históricas por una abstracta. La prensa italiana debe
servir a la democracia italiana, no a la democracia norteamericana. Evitamos
comparaciones normativas, también porque no creemos que tengamos bastante
evidencia empírica comparativa que puedan servir de base para este tipo de
juicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario